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Memoria del escritor ante la imposibilidad de escribir una novela
Hay tres tipos de diario. El primero, es el público: lo escribo para que alguien más lo lea, ahora o en el futuro, por tanto, es una confesión que busca algún tipo absolución: social o divina. Y algún día, si lo amerita, será publicado. El segundo, está a medio camino entre el primero y el tercero. El tercero, es íntimo. Se escribe para no ser mostrado jamás a nadie ni ser publicado jamás. Es la búsqueda más pura de sí mismo. Este tipo de diarios acaban destruidos.
Escribir debajo: Como la expresión más pura que el escritor hace de sí mismo tiene su campo de acción en la escritura, la escritura pura no es más que pensamiento, espíritu y nostalgia de libertad.
Germán Gaviria Álvarez
Muy pronto el tiempo presente desaparecerá
y ya no podremos evocarle.
Lucrecio
Si no tuviese yo la esperanza de escribir
algo más inteligente en el futuro, en realidad me
sentiría hoy muy avergonzado. Pero, ¡después
de todo!, ¿pediré perdón por mí mismo?
F. Dostoievski

En las páginas que siguen, el lector encontrará una relación de pensamientos débiles y fuertes; ideas, sentimientos, emociones; ejercicios de estilo narrativo, ejercicios de ensayo literario, glosas, digresiones, notas, apuntes, reflexiones, diccionarios, bitácoras, etcétera, no llevados siempre como un registro convencional. Los registros que componen estas páginas, fueron hechos, unas veces, a manera de diario; otras veces, no. Esto, por las exigencias de la docencia universitaria en los cursos de maestría, que, en su momento, absorbieron casi todo mi tiempo, y mis energías.
Esta memoria, que no son unas memorias ‒en las memorias, el memorialista reconstruye de modo complaciente su vida‒, es un registro sencillo de mi día a día ante mi imposibilidad de hallar la continuidad del tiempo necesaria para escribir la novela, a la fecha, ya escrita y será publicada en fecha reciente, Todo se destruye. Dada la espontaneidad de lo aquí consignado, ofrezco disculpas anticipadas al lector si hallare faltas de sintaxis, gazapos, alguna imprecisión en los datos, hechos y personajes aportados en esta memoria. La esencia de esta memoria es la espontaneidad, no es una elaboración calculada, planeada y ejecutada de una ficción.
Esta memoria es indeliberada, por ello no es teatral, de ahí que, como decía San Agustín, se vaya resolviendo sobre la marcha.
Idea generadora de estos textos: Desde hace muchos años llevo un diario. Con el tiempo, me he dado cuenta de que, más que un lugar para la escritura, para consignar pensamientos íntimos, el diario también era un ‘taller’ literario. He quemado muchos, muchos diarios en los que sólo había intentado registrar mis pensamientos más bajos, más comunes y más elevados. La verdad es que esa escritura jamás fue pura: pocas veces escapó a la autocomplacencia, a la confesión laica y a lo anodino. Lo que sí es cierto es que esta escritura, como cualquier otra, forma parte de un continuo ficcional que he venido elaborando de mí mismo desde hace mucho, pues, ¿quién no da siempre a los demás una versión de sí mismo?







