David Andrés Rubio G.

 

David Andrés Rubio G.

Profesor Asociado de la Universidad Pedagógica Nacional. Consultor en diferentes proyectos en educación para entidades como el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad Nacional de Colombia, el Ministerio de Educación Nacional, el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico -IDEP, entre otros. Miembro del grupo de investigación Historia de la práctica pedagógica en Colombia, del Grupo de Estudos e Pesquisas em Currículo e Pós-modernidade – GEPCPós en Brasil, y de la Red de Investigación en Educación y Pensamiento Contemporáneo -RIEPCO. Autor de varios artículos en revistas especializadas y de varios capítulos en libros de ensayo y resultado de investigación.

Un banquete

 

David Rubio Gaviria

 

20 de octubre de 2023

 

Fedro estaba seguro de que el amor es el más antiguo de los dioses; prueba de ello es que no se le reconocen padre ni madre. Esto es lo que Aristodemo, hace unos dos mil cuatrocientos años, le contó a Apolodoro, ante las inquietantes preguntas de un amigo suyo acerca de lo ocurrido en casa de Agaton, la noche de un banquete cuyas versiones pululan en muchas lenguas. En el festín, organizado a propósito del premio recibido por Agaton ante treinta mil griegos, los comensales estuvieron de acuerdo con debatir acerca del amor, según sugerencia de Eriximaco. O al menos eso es lo que recordaba Apolodoro según los informes de Aristodemo, en su relato camino a Atenas en compañía de un amigo cuyo nombre no sabemos. 

No solamente el amor es el más antiguo de los dioses, sino acaso el que hace al hombre más virtuoso, se recordó en el relato. Aristodemo cree que oyó decir a Fedro:  

[…] el que ama tiene un no sé qué de más divino que el que es amado, porque en su alma existe un dios; y de aquí procede el haber sido tratado mejor Aquiles que Alceste, después de su muerte en las islas de los afortunados. Concluyo, pues, que de todos los dioses el Amor es el más antiguo, el más augusto, y el más capaz de hacer al hombre feliz y virtuoso durante su vida y después de su muerte.

Pausanias, hombre de prolífico discurso y de los pocos afectos de Aristodemo, anunció moderación en la bebida tras confesar la resaca que le habían dejado los excesos de la noche anterior. Luego de las aclaraciones entró en materia: sucedió en el discurso a Fedro y puso en duda la desmedida alabanza. A su parecer, no solamente es uno sino al menos dos los amores porque dos son las Venus: 

[…] la una de más edad, hija del cielo, que no tiene madre, a la que llamaremos la Venus celeste; la otra más joven, hija de Júpiter y de Dione, a la que llamaremos la Venus popular. Se sigue de aquí que, de los dos Amores, que son los ministros de estas dos Venus, es preciso llamar al uno celeste y al otro popular. Todos los dioses sin duda son dignos de ser honrados, pero distingamos bien las funciones de estos dos Amores. 

Amor celeste y amor popular; amor sagrado y amor profano; amor del espíritu y amor de la carne. El amor de la Venus popular “es popular también” “y sólo inspira acciones bajas; es el amor que reina entre el común de las gentes, que aman sin elección, lo mismo las mujeres que los jóvenes, dando preferencia al cuerpo sobre el alma”; el amor de la Venus celeste lo es “por sí mismo; es inútil a los particulares y a los Estados, y digno para todos de ser objeto de principal estudio, puesto que obliga a amante y amado a vigilarse a sí mismos y a esforzarse en hacerse mutuamente virtuosos”. No son, pues, dos amores antagónicos, sino dos modos del amor; el uno más conducente a la virtud, y el otro, más inclinado al cuerpo, a la carne. 

Pausanias, dueño de esas epifanías breves que se asoman con los humores del día después de la fiesta, parecía decir, según cuentan que dijo Aristodemo a Apolodoro, que el amor popular es un estadio precoz del amor, pues son los jóvenes mozos más propensos a quedar atrapados entre sus brazos; la virtud, en cambio, se busca en un camino de dirección bien distinta. Y ya bebiendo con menos reparos, continuó su perorata preguntándose por los riesgos de dejarse tentar por el amor popular: 

“quién sabe lo que resultará un día de tan tierna juventud; qué giro tomarán el cuerpo y el espíritu, y hacia qué punto se dirigirán, si hacia el vicio o si hacia la virtud”. 

Pero la virtud y el vicio se aproximan con tanto peligro que tal vez se fundan en uno solo… y de ahí los amores que tienen tanto de sagrado como de profano. A fin de cuentas, el amor celeste es cuestión de hombres que prefieren ser amantes antes que ser amados, pues a esa altura un muy entonado Pausanias sentenciaba: 

“si después de haber favorecido a un amante, que se le creía hombre de bien, y con la esperanza de hacerle uno mejor por medio de su amistad, llega a resultar que este amante no es tal hombre de bien y que carece de virtudes, no es deshonroso verse uno en este caso engañado; porque ha mostrado el fondo de su corazón; y ha puesto en evidencia que por la virtud y con la esperanza de llegar a una mayor perfección, es uno capaz de emprenderlo todo, y nada más glorioso que este pensamiento”.

Eriximaco, parcialmente de acuerdo con lo dicho por el ebrio Pausanias, recordó sus advertencias iniciales sobre el exceso en la bebida, por más que a Sócrates siempre se le antojara beber a sus anchas: del amor sagrado ni mucho menos del profano se puede conversar sin primero prevenir a los comensales sobre los peligros del exceso en la bebida. 

Aristodemo, sentado del lado de Eriximaco por indicaciones que recibió del anfitrión, tuvo una corazonada: aquello dicho por Pausanias en el fragor de la noche que iniciaba sería detonante del relato que contaría después al insistente Apolodoro, a quien no dudaría en embaucar con historias de un grupo de hombres que bebieron una noche fría en Atenas hace unos dos mil cuatrocientos años.   

***

Los enunciados entre comillas son tomados de lo que se sabe dicho por Aristodemo a Apolodoro y que varía, a veces en muchos detalles, según la versión que se tenga a disposición de la conversación entre Aristodemo y su no identificado amigo.

 

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