Memoria 72

Memoria 72

 

 

02.06.2020 Aforismos, falsos silogismos y ejercicios de estilo. A. El viento arrastró a la noche hacia la madrugada. 

B. Al fuego le hablé de ti, me contestó con ceniza. 

C. La luz disolvió la superficie del día y se fundió en la oscuridad. 

D. La luz arrugó la envoltura del día y la arrojó a un agujero negro.

E. Roja de excitación y pálida, la madrugada silbó al viento. No hubo respuesta. 

F. La madrugada, rojo cerúleo, enmudeció ante el viento que la silbaba.

G. El viento silbó coqueto a la madrugada desnuda y excitaba.

H. La inmensidad (la oscuridad) se reducía a una pepita. 

I. El sueño me arrastra a un inconsciente que jamás comprenderé. El inconsciente carece de consciencia de sí.

J. Tengo miedo del sueño dominante y no absoluto; cada vez la noche es más larga. 

K. Como el sueño me domina, cada vez duermo más, y la noche se prolonga por días y semanas y meses y años enteros. Al despertar, no reconozco la cara de ese hombre en mi espejo.

L. Las puertas engullen las entradas; las falsas salidas. Las puertas se engullen a sí mismas. Las ventanas son ciegas.

M. Las únicas entradas son falsas. Las salidas engullen las entradas verdaderas. Por tanto, las puertas son ilusorias. Por tanto, las ventanas son ventanas inciertas.

N. Libre, sin tiempo.

O. En el espacio enjaulado vive un hombre libre. 

P. Inmóvil en un pradito de la Tierra; inmóvil en el eje de la Tierra; inmóvil en la órbita de la Tierra en torno al sol; inmóvil en el brazo externo de la galaxia en torno al agujero negro; inmóvil en el espacio en sí mismo inmóvil.

Q. ¡Compro! ¡Compro! ¡Compro eruditos a centavo, a centavo, quién, quién…! ¡Los ignorantes caben en una hucha!

R. “La muerte conduce la carreta”, dice la Yourcenar. ¡Dejadme aquí! dice el muerto ¡No quiero que me tiréis a ese agujero! 

S. “La muerte conduce la carreta”, susurra la Yourcenar al borde del camino, cuando la ve pasar. Está bebida y tiene una botella en la mano. “Es una obra negra, la de la muerte”, dice para sí, babeando.

T. “¡Dejadme aquí!”, grita el difunto saltando al camino. “¡No me gusta el infierno! Anda, mujer, le dice a la Yourcenar, ¡dadme el licor de la vida! ¡Dadme ya vuestro brandy de Jerez!”

U. Según El Bosco, la piedra de la locura está arriba de la frente del loco. Los médicos, al sacarla con un cuchillo, la pusieron entre el cascajo y la molieron a martillazos. Luego llenaron aquella frente con un poco de vino de jeringa y con brindaron con el hombre recién sanado.

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