
Memoria 60
Marchas. Fotografías 2. Ayer, cuando llegaba a la universidad, me enteré que habían cancelado clases. Me lo dijo un profesor cuando lo encontré en la acera. Otro día perdido, aunque sospeché que ocurriría cuando venía en Transmilenio. Ayer hubo marchas para demandar mayores garantías para las mujeres y que no haya más violencia de género, ‘feminicidios’, como lo han dado en llamar en los últimos años. ‘Varonicidios’, ‘Hombricidios’, ‘arboricidos’, ‘cucarachicidios’, ‘perricidios’, ‘raticidios’, ‘pulguicidos’, ‘gaticidios’, ‘pajaricidios’, ‘demolicidios’, ‘edificidio’, ‘abogadicidio’, ‘profesoricidio’, ‘doctoricidio’, ‘elegetebeicido’ brrr, etcétera. Una mujer no se empodera porque otro poder la empodere, una persona no toma consciencia de sí porque alguien tome conciencia por ella. Esta es una sociedad cada vez más idiota. Supongo que como finalmente murió el marchista, Dilan, creo que así se llamaba, habrá nuevos motivos de protesta y se calentarán de nuevo los ánimos. Para mí, es una desgracia no poder cerrar los asuntos de la universidad esta semana, el 30. No, el 1 de diciembre tengo que ir a lo de un parcial. Dudo que la cosa pare esta semana. Ya hay mujeres que han aceptado que las empoderen, aunque parezca que se han empoderado solas. He visto fotografías de ellas, con strapless bien ceñidos, yin que realza su sexo y las caderas, la cintura y el trasero bien forrado. Llevan tatuajes en los hombros y en el vientre, en las piernas que agitan bailando en medio de la calle. Están alegres de estar empoderadas de algo. Los jóvenes las rodean alegres y bastante excitados y lascivos durante la marcha. Hay muchas mujeres, la mayoría con cuerpos feos y caras feas y ordinarias, casi todas elevan las tetas grandes en señal de desafío empoderador, como no, y tatuajes. Mujeres y jóvenes y algunos adultos bailan al son de tamborcitos. Curiosa forma de empoderarse, o de ser empoderado. ¿Dónde está la diferencia? La marcha acabó en fiesta, como debe ser. Morbosamente, me habría gustado que continuase como debe ser, en una bacanal u orgía pánica. Pero ni siquiera eso, en medio de tanta ‘liberación’ y de tanto ‘empoderamiento’, los deseos primitivos se reprimen de manera lamentable. Ese tipo de fiesticas públicas, ni siquiera son una fiesta cuya razón debe ser es la destrucción del tiempo para que haya una renovación de la vida. Ni para qué seguir por este camino. La cosa me supera. Es el empoderamiento callejero que la alcaldía les ha otorgado. Da risa.
El alcalde Peñalosa, que no es tonto, debe estar muerto de risa.