Memoria 35
Lluvia. Ayer llovió toda la tarde, de un modo sostenido, desapacible y desesperante. Bajó mucho la temperatura. En la noche despejó, se pudo ver el cielo y los cerros orientales, que siempre son bellísimos. La mañana fue luminosa, fría, con cielo azul, pocas nubes a lo lejos. Ayer me prometí que hoy me vestiría tipo cebolla: camiseta, saco grueso, gabán, bufanda, estaba dispuesto a no sentir el frío arrollador que me caló ayer. Anoche, mi mujer prendió la chimenea. Pero ante ese nuevo cielo de hoy, me relajé, aunque estaba prevenido. Hacía un sol picosito cuando salí del apartamento. Me vestí más liviano, aunque me traje el gabán, dejé la bufanda, pero metí el paraguas en mi maletincito de pendejo. Cuando revisé el weather report antes de salir, decía que iba a estar nublado y habría lloviznas al final de tarde. Hummm. Hacia el mediodía empezó a oscurecer, a encapotarse el cielo en su totalidad. Va a llover temprano, estoy seguro, en eso pocas veces me equivoco, y me va a dar frío, de modo que me devolví por la bufanda de cuadritos verdes que me regaló mi mujer.
Pensé en que debía almorzar algo energético antes de entrar a clase.