Sección: Lo pensaré

Broncíneo Naranjo
Nació en 1995
Discurso
Broncíneo Naranjo
El chiflado vagó pasada la medianoche por los parques de la ciudad, mientras desarrollaba estos pensamientos:
El pensador o el pensamiento es el único fenómeno que intenta perpetuarse. Para ello el pensador debe ser estático, invariable, independiente. Es decir, una ficción, algo inexistente. El universo o el todo es interdependiente e inestable, cambiante.
Un individuo sano no puede captar a través de sus sentidos algo que no exista, pero el pensador, puede inventar cosas, algunas operatorias en la realidad. Otras, las inoperantes, solo pueden existir en el pensamiento.
El pensador, al captar todo cuanto le rodea con sus sentidos o con máquinas, comprende cómo funciona el universo, comprende que se transformará al morir. Eso lo aterroriza y se refugia en la ficción. Inventa el alma y la reencarnación. Entonces, el pensamiento muda de cuerpo al morir, algo que se mantiene a lo largo de los cambios.
Pero el pensador no se puede engañar a sí mismo. Se ha dado cuenta de que el humano llega en blanco. El pensador se construye a lo largo de su vida con sus circunstancias. Si llegara a ser cierto que el alma muda de cuerpo, carece de importancia lo que haya vivido antes del nuevo nacimiento; no recuerda, es algo nuevo.
El pensador está acorralado. ¿Cómo hará para perpetuarse?
El árbol que mira el chiflado y al que le habla no responde. La respuesta lo asusta.
El pensador se ha visto en otros humanos, no idéntico, pero sí algo próximo. Se aferra a la idea de que, si quiere ser inmortal, va a tener que buscar envases con circunstancias similares a las que él tuvo.
Maldice a gritos, despierta a todos los que viven alrededor del parque en el que está. La gente descorre las cortinas y ve a un andrajoso manotear al aire y pisotear con fuerza el suelo.
Estoy parasitado.
Entonces, el pensador estandariza el mundo hasta donde es posible, para que él sea una consecuencia de la manera en que se vive, de las circunstancias.
Desconsolado, se tira al charco, llora.
Maldito, infeliz. Sé muy bien cómo, aunque mueras, logras que algo nuevo se transforme en ti. Lo lograste con la costumbres, ideología y ley. Permaneces de generación en generación si aseguras el pensamiento único. Eres monstruoso y defectuoso, ¿para qué te preservas?
Estás condenado: una vez te descubren, te debilitas.