Ninguna soberbia – Entrega 05

Autor: Germán Gaviria Álvarez
País: Colombia
Año: 2024
Páginas: 70
Palabras: 5999
Idioma: Español
Género: No-poesía
Temas: amor | soledad | familia | el barrio  | la amante

Idea para escribir este libro. No poesía es no narrativa autobiográfica / ficcional que detalla la permanencia de los sentimientos y de las emociones del no poeta desde su lejana niñez hasta el presente. Inicialmente titulé este libro Expertos en música de cámara por mi amor hacia este tipo de música y porque lo no narrativo de esta no poesía es de espíritu y de tono intimista. No es un libro que me haya sentado a escribir durante varios días seguidos y durante cierto tiempo. Son no poemas que surgieron poco a poco, a lo largo de más de 20 años ‒desde que conocí a mi actual mujer‒, mientras desarrollaba en paralelo mi mundo narrativo. Las soluciones de continuidad son temáticas, sonoras, emocionales y vagamente librescas. En el no poeta había mucha, mucha soberbia creativa, con cada no poema busco eliminarla. Pero ¿cómo arrancar de mí la biblioteca que llevo dentro para encontrar cierta pureza en la expresión no poética? ¿Bastaría con eliminar las referencias librescas? ¿Cómo entreverar lo no poético con lo no narrativo o viceversa? Hay, en todo caso, demasiada soberbia en semejantes empeños.

Ninguna soberbia

Entrega 05

Germán Gaviria Álvarez

 

Para C.E. A. de G y J. G-R. R.

 

La Casa del fuego es de ángulos sombríos
Huérfana de mesas, cortinas y cobertores
Nueve Melocotones colgando de una pata
Un perro desmadejado en el patio
En cuyos ojos una pulga salta
Madre, un cuarto de bruma acuchillada
Media cama mal traqueteada
La suya, aridez entera
La Casa del fuego, develadora de cajas fuertes
De ojos plisados
Y labios calados
Hogar de jaguares enanos
Atmósferas pegadas al cuerpo
Y las medias invisibles en los tobillos de madre
Veranos rotos para la mano exhausta entre el calzoncillo empapado
La Casa del fuego es un bocado coqueto en la boca del estómago
Metafísica de las coles, la cebolla, las papas del patio
Mirada de los Melocotones comedores de uña
Alarido de noches deslumbradas
El ajedrez de donde nadie escapa
Al que todos los abismos llegan como los demonios a las batallas 
Donde todo rayo de luz se encorva y anda
Donde los planetas colapsan
Donde cada recuerdo se computa y muere
Pared vidriada donde cada año el cardo de bronce florece
Y el tijeretazo de madre no falla.

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