
Autor: Germán Gaviria Álvarez
País: Colombia
Año: 2024
Páginas: 70
Palabras: 5999
Idioma: Español
Género: No-poesía
Temas: amor | soledad | familia | el barrio | la amante
Idea para escribir este libro. No poesía es no narrativa autobiográfica / ficcional que detalla la permanencia de los sentimientos y de las emociones del no poeta desde su lejana niñez hasta el presente. Inicialmente titulé este libro Expertos en música de cámara por mi amor hacia este tipo de música y porque lo no narrativo de esta no poesía es de espíritu y de tono intimista. No es un libro que me haya sentado a escribir durante varios días seguidos y durante cierto tiempo. Son no poemas que surgieron poco a poco, a lo largo de más de 20 años ‒desde que conocí a mi actual mujer‒, mientras desarrollaba en paralelo mi mundo narrativo. Las soluciones de continuidad son temáticas, sonoras, emocionales y vagamente librescas. En el no poeta había mucha, mucha soberbia creativa, con cada no poema busco eliminarla. Pero ¿cómo arrancar de mí la biblioteca que llevo dentro para encontrar cierta pureza en la expresión no poética? ¿Bastaría con eliminar las referencias librescas? ¿Cómo entreverar lo no poético con lo no narrativo o viceversa? Hay, en todo caso, demasiada soberbia en semejantes empeños.
Ninguna soberbia
Entrega 01
Germán Gaviria Álvarez
Para C.E. A. de G y J. G-R. R.
Pisadas del viento, y tus pisadas
La luz duerme en tu rostro y la brisa en mis dedos
En la boca del recuerdo un óbolo brilla y se apaga
Es el barrio, mi madre, el abuelo, aquellos vagos
Tu rostro es eterno
Pisadas del sol, y tus pisadas
Tu piel diseña colinas, bordes y recovecos
Eres mi amada
Estás más acá de la memoria
Eres el fuego que mi puño aprieta y suelta
Pisadas del ayer, y tus pisadas
La voluntad de tus pies en mi pecho
Y mi pecho en tus pantorrillas
Tú y yo, lentamente, pisando el tiempo.
Una mula patea dentro de mí
El tiempo susurra sin laberintos ni espejos
Donde un día los Melocotones presos en la Casa del fuego
Fuimos un palo de dados
Firmamento de plumas rojas
Bestias con las uñas en la madre, mocos de cristal, calzones triturados
El dedo gordo un nabo en la punta del zapato
Nuestras lunas caían como pecas en la sombra del lavadero
En el piso de tierra palabras encadenadas
Unas devorando otras
Desde entonces la mula pateó enloquecida
Y la Casa del fuego ardió desde adentro.