Caída que asciende. Entrega 08

Idea para escribir este libro. No-poesía es no-narrativa autobiográfica y ficcional, es un no-fluir/fluir de un texto que lucha por su autonomía, tener voz propia, en un arco de tiempo de unos pocos días, pero que se han extendido a lo largo de nueve años.

Caída que asciende

[2005-2013]

Entrega 8

Germán Gaviria Álvarez

Apresúrate lentamente
Augusto

Bocabajo

Junio 19

Ayer vino mi amada, al rato mis amigos
Trajeron quesos, salamis, galletitas saladas, vinos, una novela recién horneada
Yo amasaba un pan de trigo, avena y centeno
Cosa simple, distinta de una novela
Ofrecí las tres últimas latas de la despensa: jalapeños, aceitunas negras, mi sonrisa
Me gustó que vinieran
Estaba exultante, incluso
Seguí con mi masa, brindamos, admiraron mi tesón con ese bollo dizque campesino
Oímos a Omara Portuondo, a Julio Jaramillo, a Chavela
A Mosselwhite, a Taverner, a Briel
A Cash, a Cohen, a Jetro Tull, a David Grey
Cada vez más adulterados
Bebí en forma, el pecho de gorrino contento
Cuántas buenas voluntades etílicas
Cuánta gracia y donaire
Cuanta gana de ebriedad intelectual
Mi amada, como siempre, me llenó de alegría auténtica
Y todos tan camaradas
Incluso en aquella novela reciente había un tercio de dedicación para mí
Entre bromas, en la madrugada de irredentos todos se fueron
Al rato llegó mi hijo
Y una Lolita que lo abrazaría hasta entrada la mañana
Creí ver en los gestos de ella cierta desesperación por él
El brillo absoluto de no saber nada (tampoco era para menos)
Así vi o soñé o elucubré o manoseé las cosas con dos botellas de vino encima y unos tragos de tequila en mezcolanza
Me produjo ternura
Y una profunda repugnancia
Cómo es posible ser tan joven y lucir tan vanidosamente desesperado
Yo debí lucir así
Tantos años atrás
Y logré mi propósito de matar a ese odioso niño mimado que llevaba dentro
Me mareaba ese abismo sacado de la nada
De angustias casi inventadas
Con pedazos de lo que había leído aquí, allá
En medio de tanto desorden, de tanta ignorancia
Y tanta superficialidad escondida en la soberbia
Ah, qué decir ahora del sufrimiento habitual
Tan desesperado[…]

Es lo mismo]Pero mis últimos cartuchos de vanidad están secos
Sin vanidad no es posible vivir
Hasta los más simples lo sabemos
Incluso la fascinación trágica por la oscuridad impone el deseo de poner la mejor cara
La muerte, su absoluto
Parecen capítulos de la historia de algo. De algún –ismo
No
Cada día soy mi padre, aquel desconocido en el espejo
Y eso aterra
Soy como cualquiera
Sé de lo que le estoy hablando
Yo, como cualquiera, no sé hacia dónde dirigir la vida
Si es que hay que dirigirla
Quienes me rodean se han decidido por algo
Una esposa
Una casa
Un encubrimiento
Un divorcio
Una adicción fraudulenta o sincera
Un trabajo
Un hijo más o un perro
La rutina simple, pura y seca
Vulgar incluso
Y nadie se avergüenza
Es un gran esfuerzo, un mérito
O simplemente por no creer en nada, ni siquiera en el suicidio
En un final digno
Si ocurre sin drama ni heroísmo.